jueves, 29 de septiembre de 2011

Detalles a tener en cuenta si queremos hacer dieta

Dietas proteicas, conoce sus riesgos

Las dietas proteicas están de moda pero es muy importante conocer, además de sus posibles beneficios, cuales son los riesgos y que precauciones seguir.
 
¿Cuando se considera que una dieta es proteica?
Las dietas hiperproteicas se caracterizan por un predominio de alimentos proteicos (lácteos fermentados como queso o yogur, huevos, carnes, pescados, mariscos y fiambres) o sustitutivos de los alimentos ricos en proteína (barritas, batidos y otros preparados)
En estas dietas proteicas los hidratos de carbono como azúcares, pan, pasta, patata, arroz u otros cereales quedan totalmente excluidos de la dieta y, normalmente, también se limitan enormemente las raciones de verduras, hortalizas y principalmente fruta (por ser rica en fructosa, un azúcar)

Sus objetivos

A la hora de adelgazar las dietas hiperproteicas son un camino rápido pero muy peligroso para la salud y los resultados son pocos duraderos.
Con las dietas proteicas se adelgaza rápidamente pero sólo a corto plazo, pues el peso se recupera en tiempo record al abandonar la dieta por motivos fisiológicos o psicológicos (como puede ser por ansiedad)

Peligros de las dietas proteicas para la salud

  • Alarmante sobreesfuerzo de riñones e hígado.
  • La escasez de carbohidratos en la dieta pone en marcha una serie de mecanismos en nuestro organismo enfocados a "destruir" nuestra masa muscular para obtener azúcares a través de la proteína. La pérdida de masa muscular se traduce en una ralentización del metabolismo y este hecho es el culpable de que al abandonar la dieta tengamos aun más tendencia a engordar de la que teníamos antes de empezarla.
  • Los hidratos de carbono, en concreto la glucosa, son el combustible de nuestras células por lo que esta carencia en la dieta desencadena otro efecto además del anterior, que es la formación de cuerpos cetónicos a partir de la grasa.
    Al entrar en cetosis órganos tan importantes como el cerebro comienzan a nutrirse con un combustible que no es el habitual y provoca grandes cambios fisiológicos en nuestro cuerpo que producen apatía, cansancio, mal estar y nauseas.
  • Con la cetosis nuestros fluidos corporales se vuelven más ácidos (acidosis metabólica) por lo que se pueden producir alteraciones en el sistema nervioso y fallos en la capacidad contráctil de las fibras cardiacas. Se han descrito casos de muerte súbita y comas cetónicos.
    Cabe citar en este punto que las dietas proteicas, sin hidratos de carbono, se usan en clínica a la hora de controlar episodios graves de epilepsia, pues esta acidificación estabiliza las membranas de las neuronas ralentizando la respuesta cerebral, esto es perjudicial en personas sanas y las consecuencias dependerán de la susceptibilidad de cada individuo.
  • Las ditas proteicas dan mayor susceptibilidad a desarrollar enfermedades crónicas debido a la bajada del PH de los fluidos corporales (acidez)
  • El afán de nuestro cuerpo por conseguir glucosa a través de las proteínas desemboca en un mal aprovechamiento de algunos nutrientes esenciales, como son ciertos aminoácidos. Esto, junto con la escasez de frutas y verduras, traerá consigo enfermedades carenciales.
  • La composición de los alimentos mayoritarios en las dietas proteicas suele presentar cantidades considerables de grasa y nada de fibra, por lo que en seguida aumentarán los niveles de ácido úrico, colesterol y triglicéridos.
  • El estreñimiento se hará patente prácticamente desde la primera semana de seguir la mayoría de las ditas proteicas, no sólo por la escasez de fibra sino por las modificaciones en la flora intestinal.

Si aún así y todo decides seguirla ten en cuenta…

Si es necesario limitar los hidratos de carbono y aumentar las proteínas para forzar la pérdida de peso (situación muy común en las personas con sobrepeso que deben someterse próximamente a una operación quirúrgica) las dietas proteicas se pueden llevar a cabo de forma controlada.
  • Seguirla solo por dos o tres días.
  • En estos casos debemos evitar sólo las pastas, arroces, pan y patatas, manteniendo una o dos piezas de fruta al día (preferiblemente en desayuno y media mañana) y sin restringir jamás las verduras y hortalizas, que deben ser abundantes en la dieta. Conviene incluir una ración de pan en el desayuno, pues tras el ayuno nocturno el cuerpo necesita un aporta extra de hidratos de carbono.
  • Siempre que se aumenten las proteínas de la dieta es necesario aumentar el aporte de agua hasta los 2 litros al día (agua e infusiones depurativas) de este modo ayudaremos a los riñones a llevar a cabo su función de excreción.

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