domingo, 19 de junio de 2011

EL TEMPE

Antes de nada, tal vez convenga aclarar qué es exactamente el tempe: se trata del resultado de la fermentación del grano de soja por medio de un moho (Rhizopus oligosporus), que se encuentra en la misma raíz de la planta. Este producto, nacido hace cientos de años, pasó a ser el alimento más popular en Indonesia y a partir de la década de los 70 comenzó a despertar un gran interés en Occidente.

Consejos para su compra y conservación
-De textura similar a la carne, el tempe se suele presentar en botes o envasado al vacío, y cortado en filetes.
-Cuando está empaquetado en bolsa tiene una vida de doce días. Aconsejamos hervir la pieza entera aunque no se vaya a consumir toda, manteniendo el resto en la nevera dentro de una bolsa.
-El tempe hervido (esterilizado en bote de cristal) tiene una conservación mínima de 3 años. Una vez abierto, conservar el resto en la nevera (en este caso son diez días el período recomendable para su consumo)



Composición
Este alimento posee un 19,5% de proteínas de gran calidad y está libre de colesterol. Sólo contiene un 7,5% de grasas, casi todas no saturadas y aporta 175 calorías por cada 100 gramos de producto.

Además, contiene agentes naturales antibacterianos que actúan como antibióticos contra algunos microorganismos patógenos. Es por ello que se le atribuyen cualidades terapéuticas, sobre todo relacionadas con las enfermedades intestinales. Asimismo, posee propiedades estimulantes del crecimiento.

Muy versátil
El tempe puede servirse como plato principal o como un ingrediente más en otros platos. Es muy versátil: frito, estofado, al vapor, rallado..., incluso puede cocinarse en el microondas. Sirve también como ingrediente para ensaladas o en la preparación de canapés.

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